En compañías monoproducto, la estrategia del producto es el negocio. Por el contrario, en organizaciones con múltiples productos, existe una estrategia propia del negocio y cada producto debe tener su propia estrategia. Esta estrategia de producto debe estar alineada con la estrategia del negocio. Estas son estrategias subordinadas y se hacen cargo de entregar valor en cada producto o en los puntos de contacto de la organización.
El trabajo de un diseñador de producto está más cerca de las definiciones de negocio en la medida que menos productos tiene una organización: si se trata de una startup, por ejemplo, normalmente tendrá un sólo producto y ése es el negocio. Un diseñador de producto en ese contexto estará mucho más cerca de impactar al negocio con su trabajo, porque las definiciones de producto están directamente relacionadas al resultado del negocio.
En una compañía con múltiples productos —un banco, o una aseguradora, por ejemplo—, las decisiones en torno a un producto en particular son importantes, lo definen a él y a sus resultados, pero tienen un impacto proporcionalmente menor en el negocio.
Esto en la práctica se traduce en que si diseñas productos, tus decisiones estratégicas tendrán mayor incidencia en el negocio, mientras menos productos éste tenga. Las dos opciones —estar en una organización con uno o con más productos— no son buenas ni malas en sí mismas. Lo importante es entenderlas en el contexto de tus opciones de carrera, proceso de aprendizaje y oportunidades.